Millones de personas han escuchado el mensaje «Voces desde el infierno» que incluye la grabación hecha en Siberia por científicos Rusos y porciones del impactante testimonio de 7 jóvenes colombianos que tuvieron una visión simultánea del infierno.


¿Existe el infierno?
¿Quiénes irán al infierno?
¿Cómo escapar de ese monstruoso lugar?

El material que aquí presentamos puede ayudarte a tomar la decisión más importante de toda tu eternidad.

INDICE

INTRO»
¿Por qué escribir sobre el infierno?
¿Por qué escuchar a la Biblia?

SECCIÓN 1
El infierno según la Biblia
». El infierno es un lugar físico y muy real.

». El Hades es un lugar de dolor.
». El Hades es un lugar de deseos insatisfechos.
». El Hades es un lugar de recuerdos y remordimiento.
». El Hades es un lugar de vergüenza y confusión.
». El Hades es un lugar de desesperanza.

SECCION 2
¿Quienes irán al infierno?
». Los que practican el pecado.
». Los que rechazan todo contacto con Dios.
». Los que abrazan la religión pero descuidan su relación.
». Los que se regresan al vomito y al fango.
». Los que confían en sus propios méritos.
». Los cristianos no nacidos de nuevo.

SECCIÓN 3
Características de un verdadero creyente
».Confesión.
».Convicción.
».Novedad de vida.
».Libertad.
».Permanencia.
».Testimonio del Espíritu Santo.
».Entiende la Gracia de Dios.
».Manifiesta el Fruto del espíritu: Amor
+A la iglesia.
+Al prójimo.

+A Dios.

CONCLUSIÓN

RESUMEN DEL LIBRO

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE EL INFIERNO

CONTACTO

Intro

¿Por qué escribir sobre el infierno?
Una ocasión Martin Luther King, el predicador que revolucionó la sociedad mundial en materia de los Derechos Civiles visitó una escuela a nivel secundario. Encontró a un joven al que le preguntó acerca de qué pensaba hacer con su vida. El joven contestó que deseaba ser abogado. Luther King preguntó: ¿qué más? Deseo también, - dijo el muchacho- hacer mucho dinero. ¿Qué más? Insistió King. Quiero casarme, tener una familia y ser feliz –concluyó el joven. Con insistencia King continuó preguntando. Pero llegó un momento cuando el muchacho le dijo:
- Pues esos son todos mis planes.
Entonces el predicador le dijo:
- Tus planes son muy cortos. Lo más que pueden durar son sesenta o cien años. Debes de hacer planes tan amplios que comprendan a Dios y alcancen la eternidad.

Tener conciencia de la eternidad, cambia radicalmente el sentido de nuestras vidas y nos ayuda a impregnar lo que es temporal con lo que es eterno. Nos ayuda a tomar mejores decisiones. Nos impulsa a ser mejores. No conozco una mejor manera de vivir el día a día, que a la luz de la eternidad.

¿Qué ánimo puede experimentar un estudiante si no creyera en que algún día se ha de graduar y que va a ejercer una profesión? La escuela no es un fin, sino sólo el medio hacia un mejor futuro. De igual manera lo es la vida en este planeta, sólo un medio rumbo a la eternidad.

Las notas que hoy nos arroja la prensa y los comunicados de los noticieros televisivos nos hablan de una sociedad inconsciente de la eternidad. Jóvenes y adultos por igual se conducen bajo la brújula de lo perecedero, construyéndose vidas plagadas de errores e incongruencias. Todo esto, finalmente lleva a donde nunca se quiso ir, a sentirse como nunca se quiso sentir y a la triste miseria de decir «pues: así es la vida».

Vale la pena pensar en la eternidad.

¿Por qué escuchar a la Biblia?
Vivimos alrededor de 6 mil 500 millones de habitantes en la tierra, y todos pensamos diferente. Sobre la eternidad, el cielo y el infierno, se ha dicho mucho. Pero mucho de ello se contradice. Pienso que las diferentes opiniones que tengamos sobre el tema hablan más de nosotros mismos que de la realidad. Es por ello imprescindible encontrar una voz objetiva y calificada. Esa es la voz de la Biblia. Veamos por qué.

La Biblia misma levanta la voz para hablar sobre el infierno, pues dedica una buena cantidad de letras sobre este tema. Pero antes de escuchar lo que tiene que decirnos al respecto, es necesario recordar algunas de sus credenciales:

Su apego al pasado.
Kenneth D. Boas y Robert M. Bowman Jr. señalan en su libro «20 evidencias irrefutables de que Dios existe» lo siguiente: «Al leer la Biblia no se están leyendo relatos fantasiosos semejantes a los cuentos de hadas o relatos mitológicos… la confiabilidad general de la historia bíblica puede ser corroborada mediante la disciplina de la arqueología» .

Pocos relatos bíblicos pueden sonar más fantasiosos que el de las Plagas de Egipto; sin embargo, la arqueología ha encontrado un escrito egipcio llamado Advertencias de Ipuwer que data de por lo menos 1000 años antes de Cristo, el cual parece relatar eventos muy similares a los que nos cuenta la Biblia en libro del Éxodo.

Sus atinadas predicciones
La doctora Julia, una maestra de la facultad de medicina, alguna vez dijo a sus alumnos: «mañana les aplicaré una evaluación». Pero, por no ser tiempo de exámenes algunos no lo creyeron y no se prepararon. El examen se llevó a cabo para su sorpresa. Pocas semanas después les volvió a decir que aplicaría una nueva evaluación. Algunos dijeron que no podía ser, puesto que recientemente se había aplicado una y tampoco se prepararon adecuadamente. El examen se llevó a cabo también. Poco más delante la doctora avisó de una nueva evaluación. En esta ocasión el grupo se dividió en varias fracciones. Unos acusaban a la maestra de actuar en contra del reglamento escolar y pensaron poner una queja ante las autoridades correspondientes. Otros pensaron que la doctora daba señas de algún trastorno mental y optaron por ignorar sus anuncios. Pero unos cuantos simplemente se prepararon para la inminente nueva evaluación, pensaron que si la maestra había cumplido invariablemente en sus avisos anteriores podían confiar en que lo haría otra vez.

La Biblia contiene miles de profecías, jamás se ha logrado demostrar la falsedad de alguna de ellas. Muchas se han cumplido ya, muchas otras se están cumpliendo ahora, y las que restan por cumplirse podemos confiar en que se cumplirán. Algunos se han esforzado en desacreditar dichas profecías, otros las han ignorado. Pero algunos -y espero seas uno de ellos-, simplemente se han preparado para su cumplimiento.

Aquí algunas de ellas ya cumplidas:

1. Mateo 24:21-22 profetiza que el hombre sería capaz de destruir toda forma de vida sobre la tierra. Hay que considerar que las armas con las que se contaba al momento de escribir esta porción eran inmensamente limitadas para llevar a cabo el cumplimiento de esta profecía. Dos milenios más tarde la humanidad tiene dicho poder con armas de destrucción masiva como los son las nucleares, biológicas y químicas.

2. Zacarías 14:12. Aquí encontramos que el profeta Zacarías anunció unos 500 años antes de que naciera Cristo el uso de armas nucleares. La bomba de neutrones consume a sus víctimas de la misma manera que lo señala en este pasaje.

3. Apocalipsis 11:9-10 predice que habría sucesos que el mundo entero podría ver con sus propios ojos. Esto fue posible 20 siglos después con la invención de la televisión y los avances explosivos de las telecomunicaciones en los últimos años.

4. Isaías 66:8 profetiza que la nación de Israel nacería en un solo día. Este hecho ocurrió el 14 de mayo de 1948.

5. Isaías 3:4-5, 12 predice un alarmante incremento de la rebeldía en la juventud.

6. Lucas 17:28-30 anuncia un incremento en práctica de la homosexualidad.

7. Apocalipsis 9:21 profetiza un incremento en los homicidios, la fornicación, los robos y la drogadicción.

Ante tales evidencias atendamos a la instrucción de Jesús: «El que tenga oíِdos para oír, que oiga».

SECCION 1

El infierno según la Biblia
Benito, un líder religioso de unos sesenta años de edad envuelto en un aparente desconsuelo, le dice una mañana a doña Agustina, quien ha sido por varios años su compañera sexual: «ésta relación nos echará a ambos al infierno.» Ella, en un tono suave y amoroso le responde: «No hay más infierno que la soledad, ¿a caso ya se te olvidó?, ¡tú mismo me lo dijiste!»

¡El infierno es la soledad!, ¡el infierno está en este mundo!, ¡el infierno no existe!, ¡el infierno es un invento para asustar a la gente! Son frases que día con día se suelen escuchar, aún provenientes de ciertos líderes religiosos. ¿Pero son acaso ciertas? ¿Qué nos puede decir la Biblia respecto al infierno a fin de que nos aclare el panorama?

a. El infierno es un lugar físico y muy real.
La Biblia describe a ese espantoso sitio como un lugar físico y muy real. Su ubicación es el centro mismo de la Tierra.

Salomón escribió: «La senda de vida para el sabio es hacia arriba, para que se aparte del Seol [Infierno] que está abajo.» En el Nuevo Testamento encontramos que «…Cristo…en espíritu…fue y predicó a los espíritus encarcelados…» cuando «bajó a las partes más profundas de la tierra.»

Es un lugar real, que Jesucristo visitó tras su muerte en el Calvario. Parece ser que la ciencia ha encontrado que en este sentido la Biblia tiene la razón.

El caso de Siberia
Porciones del siguiente artículo fueron publicadas por el respetado periódico finlandés, AMMENUSASTIA.

Un grupo de geólogos cavó un pozo de aproximadamente 14.4 Km. de profundidad dentro de la corteza terrestre, y dicen que oyeron gritos humanos. Algunos científicos temen haber "destapado el infierno" y por ello dudan si continuarán sus experimentos.

El Dr. Azzacov, director del proyecto que realizó en Siberia una perforación de 14.4 Km. de profundidad, dijo: "La información que estamos compartiendo es tan sorprendente que sinceramente tememos a lo que podría ser descubierto en esas profundidades". La segunda sorpresa fue la alta temperatura que encontraron a esa profundidad. "Los cálculos indican una temperatura aproximada a los 1,100 grados centígrados o más de 2,000 grados Fahrenheit".

El Dr. Azzacov señaló: "Es mucho más de lo que esperábamos". "Sin duda, lo más sorprendente, fue el último descubrimiento, y es por el cual los científicos temen continuar el proyecto. Intentábamos escuchar los movimientos de la tierra en ciertos niveles, con micrófonos súper sensitivos, los cuales habíamos deslizado por el pozo. Lo que oímos confundió a los científicos. Aunque a veces era débil, igualmente era un sonido muy elevado, supusimos que provenía de nuestros equipos. Pero luego de unos ajustes comprendimos que en realidad se originaba en el interior del pozo. Apenas podíamos creer lo que estábamos oyendo... oíamos voces humanas que gritaban". Después de este descubrimiento, aproximadamente la mitad de los científicos renunciaron a causa del temor", agregó el Dr. Azzacov.

La grabación que surgió como resultado deja escuchar horrendos gritos humanos, que muestran el dolor que produce la tortura. Es precisamente así como la Biblia describe la estancia en el infierno.

b. El Hades es un lugar de dolor
La historia que Jesús relata en el evangelio de Lucas capítulo 16 nos presenta a un hombre que muere y estando «en el infierno, en medio de sus tormentos…levantó los ojos y vio de lejos a Abraham…y lo llamó: 'Padre Abraham, ten compasión de mí…estoy sufriendo mucho en este fuego.'»

Algunos desacreditan el que esta porción se refiera a un infierno real argumentando que se trata de una simple parábola.

¿Es una parábola este relato?
Una parábola es una figura del lenguaje consistente en poner una cosa junto a otra para compararlas. En pocas palabras: «es un relato terrenal que ilustra una verdad celestial.»

Estas son algunas características de las parábolas de Jesús:
1. Son relatos de la vida diaria.
2. No mencionan nombres propios de personas ni de lugares.
3. Son Breves.
4. Narran eventos comunes.
5. Parten de lo conocido y verosímil [que es creíble] y van a lo desconocido.
6. Son fáciles de recordar.

Aunque este relato es considerado como una parábola por algunos, como decíamos, la realidad es que más bien pare ser un relato histórico, como lo dice el prestigioso diccionario bíblico Clie: «El rico y Lázaro. Más que una parábola, es una historia.»

De tal manera que los sufrimientos ahí expresados no son una mera ilustración sino una realidad que Jesús enseñó. Sin embargo, aún y cuando se tratara de una parábola podemos ver que estas enseñan verdades espirituales partiendo de relatos conocidos o creíbles.

En concreto, si Jesús enseñó que en el infierno el hombre rico de esta historia sufría de tormentos es porque así es.

Visiones del infierno en la actualidad
Mary Katherine Baxter nació en Chattanooga, Tennessee. A mediados de los años sesenta, Kathryn se mudó con su familia a Belleville, Michigan, donde comenzó a tener visiones del mundo espiritual. Ella nos narra en su libro «Una revelación divina del infierno» los grados, niveles y tormentos de las almas perdidas en el infierno. Baxter también ha recibido visiones del cielo, el período de la gran tribulación y el fin de los tiempos.

Bill Wiese comparte en «23 minutos en el infierno», su inolvidable experiencia en la que Dios le permitió ver y sentir la agonía que la gente padece en el infierno. La visita de Wiese a este espantoso lugar duró tan solo 23 minutos, pero el autor regresó de allí con los vívidos detalles grabados en la memoria.

En América latina se ha dado también este fenómeno, entre otros testimonios encontramos el de 7 jóvenes colombianos que al estar en un momento de oración tuvieron una visión simultánea del infierno. Hoy comparten por todo su país y muchos otros su impactante relato.

El Pastor bautista Erwin W. Lutzer dice en su libro «Tu primer minuto después de morir» “Si Esteban vio a nuestro Señor antes de morir, y si Pablo murió y fue llevado al paraíso, es posible que otros creyentes pudieran tener una visión así… No deberíamos esperar tales visiones, pero podrían suceder”.

Estas visiones modernas de la antigua enseñanza de un infierno real me parece que son una llamada final; una indudable oportunidad de volver al camino del Señor antes de que sea demasiado tarde. Es posible que estas visiones sean lo que siglos antes de Cristo el profeta Joel anunciaba: «Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.»

Así da inicio el sorprendente relato de los 7 jóvenes:

El 11 de abril de 1995, Dios nos da una revelación que cambiaría la trayectoria de nuestras vidas. Somos 7 jóvenes a los que Dios les ha dado el privilegio y la responsabilidad de compartir ésta revelación.

Alrededor de las 10 de la mañana mientras estábamos en oración en aquel día, vimos entrar por la ventana del cuarto en que nos encontrábamos una luz blanca e intensa; inmediatamente comenzamos a hablar en lenguas y fuimos bautizados en el Espíritu Santo. En medio de aquella luz vimos la figura de ángeles vestidos de blanco, hermosos, altos y de buen parecer. En medio de aquellos ángeles vimos algo maravilloso; la figura de un hombre, un ser especial. Un hombre que vestía un manto blanco y resplandeciente. Sus cabellos eran como hilos de oro. No podíamos ver su rostro, era demasiado brillante, pero veíamos un cinto que atravesaba su pecho, el cual decía en brillantes palabras de oro: «Rey de Reyes y Señor de Señores.»

Este hombre nos dijo en palabras sencillas pero poderosas: «Hijitos míos no temáis, yo soy Jesús de Nazareth y os he visitado para mostrarles un misterio, para que lo llevéis a los pueblos, a las naciones, a las ciudades, y a las iglesias. Y a todo lugar donde yo os dijere que fuereis, iréis y a donde no, no iréis.» En ese mismo instante sucedió algo extraño. Una roca apareció allí en medio del cuarto. El Señor que estaba con nosotros nos hizo subir sobre aquella roca que estaba a unos 20 centímetros del suelo del que se abrió un hueco gigante y horrible; y sobre esa roca caímos en un túnel profundo y oscuro que conducía al centro de la tierra. Mientras caíamos sentíamos temor y le decíamos: «Señor, no queremos ir a aquel lugar, no nos lleves a aquel lugar, sácanos de aquí Señor.» Y el Señor nos decía con una voz hermosa: «Es necesario para que vean y cuenten.»

Y en aquel túnel oscuro, como en forma de cuerno empezamos a ver sombras y demonios, así como figuras que se movían de un lado a otro. Entre más nos sumergíamos sentíamos el vacío y el temor; y en cuestión de segundos llegamos a una caverna, tenía unas puertas horribles y laberintos. No queríamos entrar ahí y empezamos a percibir un olor terrible y un calor que nos sofocaba, y entramos a aquel lugar…

c. El Hades es un lugar de deseos insatisfechos
El hombre rico de la historia que Jesús contó hizo la siguiente petición: «…manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua… Pero Abraham le contestó: 'Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente.»

Mientras algunos ignoran la existencia del infierno algunos otros lo suponen como un lugar lleno de placeres y excesos. Recuerdo el comentario de un amigo, que años atrás me decía preferir el infierno que el cielo, porque aquí en la tierra prefería las cosas del diablo que las de Dios. Él se imaginaba un infierno muy diferente al que la Biblia describe.

Una porción del relato de la visión de los 7 jóvenes nos revela esta terrible verdad:

Las almas en el infierno estaban en medio del fuego y veían ríos cristalinos, y se abalanzaban sobre aquellos ríos, pero éstos se convertían en fuego, eran espejismos simplemente. Veían árboles con frutas que destilaban agua y cuando iban a tomarlas se quemaban sus manos y los demonios se burlaban de ellos. Dios nos permitió ir después a otro lugar mucho peor que todos los del infierno, donde habían millones y millones de personas quemándose, allí las almas le clamaban y le imploraban y le pedían misericordia a Dios y le decían: «Señor sácanos aunque sea un momento de este lugar, danos la oportunidad de salir y el Señor no podía hacer nada porque su juicio está establecido…»

d. El Hades es un lugar de recuerdos y remordimiento.
El mismo personaje del que nos habla Jesús en Lucas 16 hace la siguiente súplica: «Entonces te ruego, padre, que [se les] advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento.»

La visión de los 7 jóvenes muestra también el tormento de los recuerdos y los remordimientos. Ellos nos relatan:

La conciencia de los atormentados les decía a estos: «acuérdate cuando te predicaron, acuérdate cuando escuchaste la palabra, acuérdate cuando te hablaron del infierno y tú te reíste.» Y al igual que los gusanos que recorrían todo su cuerpo, al igual que el fuego consumidor que está alterado en miles y miles de grados de calor su propia conciencia les propinaba ese severo castigo.

En otra sección esto fue lo que vieron:

Al salir de este lugar, vimos unas pasarelas, que eran las que dividían al infierno como en secciones de sufrimiento, luego vimos sobre ellas a un espíritu en la misma forma de un muñeco que hemos visto en la tierra, aquí es llamado Duende, Troll o Nomo. Tiene el pelo de colores, cara de viejo, cuerpo de niño y no tiene sexo, además sus ojos destellan maldad. El Señor nos mostraba que es un espíritu de lascivia. El tenía una lanza en sus manos y modelaba sobre aquella pasarela como una reina o una modelo, y a su paso enterraba la lanza a personas que se encontraban abajo de él y maldiciéndoles les decía: «Acuérdate del día en que pasaste por una iglesia cristiana y no quisiste entrar, acuérdate del día que te predicaron y no quisiste escuchar, acuérdate del día que te entregaron un tratado y tú lo tiraste.» y ellos trataban de taparse lo que les quedaba de oídos y le decían: «cállate, cállate no me digas más, no quiero saber más, cállate.» Pero ellos se gozaban, ellos se deleitaban en su dolor.


e. El Hades es un lugar de vergüenza y confusión.
El profeta Daniel concluye su profecía hablando de los últimos tiempos. En referencia a la resurrección de los muertos nos dice: «y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas.»

En el relato de los 7 jóvenes encontramos lo siguiente:

El Señor me permitió ver a un hombre llamado Rogelio, y empecé a tener una visión de cómo había muerto, le vi en un carro, mientras una persona se le acercó, le habló de la Palabra de Dios y le regalo un Nuevo Testamento. Pero él siguió su camino sin hacer caso y sin saber que a unos pocos minutos de su viaje su carro se iba a volcar por un abismo y moriría. Ese Nuevo Testamento se le abrió en el libro de Apocalipsis 21:8 que dice: «Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.» En el momento en que Rogelio leyó este versículo murió y llegó al infierno. Ya hacía un mes estaba en este lugar, y aún tenía carne en su rostro, pero igualmente sufría como muchos de los que están allí… yo creo que fue la única y la última oportunidad que tuvo para aceptar al Señor, así como muchos han tenido la oportunidad de aceptarle…

f. El Hades es un lugar de desesperanza.
Ya que «Muere el malvado, y con él su esperanza; muere también su ilusión de poder.»

Hoy miles buscan a toda costa la riqueza, la fama y el éxito temporal pero la Biblia dice: « Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?» En el relato de los 7 jóvenes encontramos el siguiente testimonio:

Fijamos nuestra mirada en un hombre que se quedó sumergido hasta la mitad de su cuerpo, y el Señor nos permitió conocer sus pensamientos. Aquel hombre se llamaba Marcos y él nos decía con sus pensamientos algo que nos ha asombrado y que nos ha enseñado una lección objetiva de la vida eterna: «Yo daría lo que fuera por ser tú, yo daría lo que fuera por volver a la tierra aunque fuera un minuto y no me importaría ser el hombre más miserable, o más enfermo, o más odiado, o más pobre, de todos los hombres; daría lo que fuera por volver aunque fuese un minuto la tierra.» Y el Señor Jesús que estaba a mi mano, que conocía sus pensamientos le preguntó: «Marcos, ¿para qué quisieras volver a la tierra aunque fuera un minuto?» Y aquel hombre con una voz solloza, con una voz tormentosa, le decía: «Señor, yo daría lo que fuera por volver a la tierra aunque fuese un minuto, tan solo, tan solo para arrepentirme y ser salvo.» y cuando el Señor escuchó la voz de aquel hombre y sus palabras, de sus llagas brotó sangre y de sus ojos cayeron lágrimas y le dijo: «Marcos, es tarde para ti gusanos serán tu cama y gusanos te cubrirán.» Y cuando el Señor le dijo aquella palabra aquel hombre se sumergió para siempre en aquel lugar…

g. El hades no es un lugar para ti
La Biblia revela que el infierno fue creado para el diablo y sus ángeles , pero evidentemente ellos no quieren ir solos. Tú puedes evitar ir al infierno.

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Voces desde el infierno editado by Edgar Medina D. on Grooveshark

SECCIÓN 2

¿Quiénes irán al infierno?
En realidad la Biblia enseña todos merecemos el infierno. Jesús dijo que «…de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios» es decir, el pecado. San Pablo escribió que el pecado no nos permite tener comunión con Dios. Es una barrera entre Dios y nosotros.

¿Quién puede quitar la barrera? El ser humano lo ha intentado. Pero solo ha conseguido cambiarle de aspecto, cambiarle de nombre o ignorarla. Pero la barrera sigue ahí.

Es por ello que el hombre necesita un Salvador; alguien que resuelva el problema de la relación entre Dios y los hombres. Alguien que elimine la barrera. ¿Quién puede eliminar esa barrera de separación?

Jesús puede.

La Biblia dice: «El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.» De tal manera que en Jesús está el Salvador y con ello la forma de evitar la separación del humano y su Creador, la forma también de abrazar el cielo y evitar el infierno. Al rechazar a Jesús, se rechaza la única posibilidad de Salvación. Jesús dijo «Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre.»

¿Quiénes rechazan a Jesús?
Jesús fue rechazado aún antes de nacer, sus padres buscaron alojamiento cuando él nació, pero rechazados de todo lugar adecuado no pudieron encontrar más que un establo. Apenas Jesús recién nacido Herodes, el rey de aquella región quiso acabar con su vida. Recibió también el rechazo de familiares, líderes y religiosos de su tiempo, y aún hoy sigue siendo rechazado por miles que prefieren los deleites del pecado.

»•Los que practican el pecado.
La Biblia dice: «¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.»

1» Los que practican el pecado y rechazan todo contacto con Dios.
Algunos que se pueden sentir identificados con la porción bíblica anterior son quienes quieren vivir sus vidas conforme a lo que sus pasiones les dictan. El testimonio de los 7 jóvenes nos deja ver el destino de quienes así deciden:

De un momento a otro, fijé mi mirada en una mujer que empezó a gritar apenas vio al Señor en aquel lugar. Esta mujer gritaba terriblemente y extendía sus manos y le decía: «Señor ten misericordia de mi, sácame de este lugar, aunque sea un segundo.» La mujer se encontraba totalmente desnuda, con todo su cuerpo lleno de barro. Su cabello estaba sucio y en medio de su cuerpo subían y bajaban gusanos. Ella con sus manos se los quitaba pero éstos se le multiplicaban aun más. Eran unos gusanos de unos 15 a 20cm. Dice la palabra del Señor en Marcos 9:44 «Donde el gusano de ellos nunca muere y el fuego nunca se apaga.» Allí pudimos ver esta escena, gusanos comiéndole sus carnes con violencia. Esta mujer gritaba terriblemente y tenía una placa en su pecho incrustada, el fuego no la quemaba, el fuego no la derretía y decía: «Estoy aquí por fornicaria.» Igualmente esta mujer tenía que fornicar en el infierno y tenía que hacerlo con una serpiente gruesísima con unos punzones hacia fuera de unos 15 a 20cm. Se le penetraba por su parte baja y le subía hasta el cuello, al penetrar la serpiente a esta mujer gritaba terriblemente y más pedía misericordia y le decía a Jesús que la sacara de allí diciendo: «Señor, estoy aquí por fornicaria, hace 7 años estoy en este lugar, morí de SIDA, tenía 6 amantes.» Ella tenía que hacer esto una y otra vez, no tenían descanso, ni de día ni de noche. Ella trataba de extender sus manos esqueléticas hacia el Señor y él lo único que le dijo, fue: «Blanca, es tarde para ti, gusanos serán tu cama y gusanos te cubrirán.» Cuando el Señor pronunció estas palabras una cobija de fuego la arropó y no la volví a ver más…

2» Los que abrazan la religión pero descuidan su relación.
Si Jesús representa el esfuerzo de Dios por alcanzar al hombre, la religión puede representar exactamente lo contrario, el hombre tratando de alcanzar a Dios. El problema con esto es que de dentro del hombre viene la causa de la separación, el resultado ha sido que en muchos casos [aunque no en todos, por supuesto] la religión es una barrera aceptable a los ojos de los hombres; que no resuelve el problema de la separación, sino se transforma en la separación misma. Lamentablemente algunos justificados por un aparente rostro de religiosidad, viven en lo secreto lo mismo que juzgan. Viven una vida doble.

Esta realidad la muestra también el relato de los 7 jóvenes, ellos nos dicen:

La gente gritaba y gemía pidiendo misericordia. Escuchamos a un hombre que clamaba más fuerte que todos los que se hallaban allí, este hombre comienza a clamar diciendo: «Padre, Padre, ten misericordia de mi.» Cuando le llamó “Padre”, Jesús se estremeció y lo volteó a mirar diciéndole: «¿Padre?, ¿tú me llamas Padre? No, yo no soy tu Padre ni tu eres mi hijo, porque si fuereis mi hijo estarías conmigo en el Reino de los Cielos, vosotros sois hijos de vuestro padre el diablo.» En ese momento se levantó una cobija de fuego y lo cubrió totalmente y el Señor nos contaba la historia de este hombre. Nos decía que le llamaba Padre, porque le había conocido, y había asistido a la iglesia, y le había hablado por su Palabra, y le había dado mil promesas. Nosotros le dijimos: «Señor pero entonces que sucedió.» El Señor nos dijo: «El vivía una vida doble, era uno en su casa y otro en la iglesia.» El decía: bueno, pues como aquí cerca no vive el pastor ni ningún hermano yo puedo hacer lo que quiera, pero se olvido de que los ojos de Dios están puestos sobre nuestros caminos y que nadie puede burlar al Señor. La palabra dice: «No os engañéis Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare eso mismo segará.» Este hombre estaba sufriendo más que cualquier persona en el infierno, estaba pagando una doble condenación, la condenación por su pecado y la condenación por haber creído que al Señor se le podía burlar…

3» Los que se regresan al vómito y al fango.
Otros que rechazan a Jesús son aquellos que abrazaron la verdad de Dios por algún tiempo, pero finalmente retornan a una vida de perdición. El testimonio de los 7 jóvenes nos relata lo siguiente:

Llegamos al lugar más terrible del infierno, al lugar más tormentoso, al núcleo del infierno, donde se concentran los mayores sufrimientos que el hombre jamás haya podido expresar y allí estaban los que habían conocido la palabra de Dios, había pastores, evangelistas, misioneros y toda clase de personas que conocían la Biblia, pero que vivían una vida doble, allí estaban también los que se habían apartado de Dios y ellos sufrían mil veces más que cualquier otra persona y le imploraban al Señor y le clamaban, pero la palabra de Dios dice en Hebreos 10:26: «Porque si pecaremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad ya no queda mas sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.»

Aquellas almas estaban allí, porque en la iglesia predicaban, en la iglesia ayunaban, en la iglesia cantaban y levantaban sus manos, pero en la calle y en sus casas adulteraban, fornicaban, mentían, robaban y a Dios no le podemos engañar, la Biblia dice: «Que a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará.»

»•Los que confían en sus propios méritos
Otros que rechazan a Jesús son quienes confían en sus propios méritos. Un relato bíblico que ilustra esta verdad es el de un hombre llamado Cornelio.

«En la ciudad de Cesarea vivía un hombre llamado Cornelio. Era capitán de un grupo de cien soldados romanos, al que se conocía como Regimiento Italiano. Cornelio y todos los de su casa amaban y adoraban a Dios. Además, Cornelio ayudaba mucho a los judíos pobres, y siempre oraba a Dios. Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio tuvo una visión, en la que claramente veía que un ángel de Dios llegaba a donde él estaba y lo llamaba por su nombre.»

Examinando esta porción destacamos lo siguiente sobre Cornelio:
Era una persona confiable por el cargo que tenía. Era íntegro y transparente en su búsqueda de Dios, puesto que su familia le imitaba. De haber sido un hipócrita su familia lo sabría. Era piadoso, caritativo y religioso, a pesar de no ser judío.

Dios estimaba a este hombre al grado de enviarle un ángel con un importante mensaje, el cual era que llamara a Pedro, el discípulo de Jesús; porque él te hablará palabras por las cuales te salvarás tú y toda tu familia.

Sí alguien podía decir tener méritos para evitar el infierno era este hombre. Sin embargo nadie tiene acceso a Dios sin Jesús. El amor de Dios por este hombre se mostró al no permitir que muriera confiando en sus propios méritos. De la misma manera Dios ahora mismo muestra su gran amor por ti haciéndote ver esta verdad.

La respuesta de muchos al escuchar hablar del Salvador es rechazándole.
Responden escudándose en sus propios méritos. La respuesta de Cornelio fue formidable, aún no terminaba de escuchar acerca de Jesús y ya se había transformado su vida.

»•Los cristianos no nacidos de nuevo
Dice la Escritura: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.»

Los cristianos no nacidos de nuevo son gente que se incorpora a la iglesia, pero jamás reciben a Jesús. Jamás tienen la experiencia del nuevo nacimiento. Estos practican las cosas que Jesús enseñó a sus discípulos, pero no llegan a conocer a Jesús personalmente. No son quienes después de conocer a Jesús se apartan o viven una vida doble. Sino más bien nunca le conocen. En la vida del famoso predicador Juan Wesley encontramos esta verdad. Miembro de una familia inglesa consagrada al Señor, creció siendo piadoso y un celoso practicante de la religión. Ya ordenado Pastor viaja a los Estados Unidos como misionero y ocurren dos cosas que transformarían su vida espiritual. La primera era la impresión que le causaba el cambio de vida que operaba tan rápida como radicalmente en quienes se arrepentían. La segunda fue que hizo un insospechado descubrimiento, él mismo lo describió así: «Hace casi dos años y cuatro meses que dejé mi tierra natal para ir a predicar a Cristo a los indios de Georgia; pero ¿qué llegué a saber? Vine a saber lo que menos me esperaba: que yo que fui a América para convertir a otros, nunca me había convertido a Dios.» Tras esta impresionante declaración solo restaba algo: Nacer de nuevo. Y eso fue lo que sucedió, así lo narraría más tarde: «Eran cerca de las tres de la mañana y nosotros continuábamos perseverando en nuestras oraciones, cuando nos sobrevino el poder de Dios de tal manera, que exclamamos impulsados por un gran gozo, y muchos de los presentes cayeron al suelo. Luego, cuando pasó un poco el temor y la sorpresa que sentimos en presencia de su Majestad, exclamamos a una voz: “Te alabamos oh Dios, te aceptamos como nuestro Señor”.»

SECCIÓN 3

Características de un verdadero creyente
Lo siguiente no se trata de un listado de requisitos para convertirse en un verdadero creyente, sino más bien de las características comunes de alguien que verdaderamente lo es.

1. Manifiesta públicamente ser un seguidor de Jesucristo.
Dice la Biblia que: «… si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo» Una primera característica de un cristiano genuino es que confiesa a Jesús con su Boca. Esto significa que manifiesta públicamente ser un seguidor de Jesucristo. En el terreno del cristianismo evangélico se ha hecho de la confesión un evento, pero el contexto de este versículo en la carta a los Romanos indica algo diferente; confesar a Jesús era un estilo de vida.- O se confesaba al César o se confesaba a Jesús. Confesar a Jesús hacía a las personas dignas de muerte. ¿Por qué los cristianos fueron tan perseguidos por el imperio romano a diferencia de otros grupos religiosos? Porque no confesaba al César, confesar a Jesús significaba no confesar al César. Los cristianos confesaban a Jesús y públicamente eran incapaces de retractarse. Recuerdo una excelente oportunidad que tuve de confesar a Jesús como mi Señor. Había ingresado a trabajar a una empresa y fui invitado a comer a la casa de uno de mis nuevos compañeros. Salí de la oficina con unos cinco de ellos, me subí en el auto que nos llevaría y descubrí en el camino que tenían el plan de ver una película pornográfica. No tenía yo ni la menor idea de que esa aparentemente inofensiva invitación iba a poner a prueba mi convicción cristiana. No tenía intención alguna de ver la película pero el temor a quedar mal ante mis nuevos compañeros me pudo haber forzado a permanecer con ellos. Lo que hice fue confesar a Jesús. Les dije: «soy cristiano y lo que más me interesa en la vida es agradar a Jesús, les ruego me disculpen, no pienso ver esa película prefiero bajarme aquí», se orilló quien manejaba, me bajé y me regresé solo. Nunca supe cuánto se habrán reído esa tarde, pero sé que les quedó claro que Jesús era mi Señor. Jamás me volvieron a invitar a otra reunión como esa y con el paso de los años puedo decir que casi todos ellos me buscaron en algún momento de dificultad personal.

2. Convicción
La segunda característica del cristiano genuino es que además de confesar a Jesús tiene una convicción en su corazón. No se trata de una aceptación intelectual del mensaje del evangelio, sino de ese toque de Dios, que abre los ojos a quien ha creído y puede comprender que ha pasado de muerte a vida.

3. Novedad de vida
La tercera característica es que se comienza a vivir de una nueva manera. Es una regeneración. Al grado que la Biblia le llama nacer de nuevo. Esto es que cada cristiano en realidad tiene que ser un convertido, dejando de vivir una vida sin Dios a vivir una vida con él, lo que trae una diferencia obvia. Es imposible que una persona no manifieste cambio alguno tras empezar a caminar con Dios. Ese cambio es muy notable cuando hablamos de una persona que ha vivido entregada a las pasiones desordenadas y es transformada por el poder de Dios. Aún medios seculares de información toman nota de ello. Recientemente encontré una nota acerca de la conversión al cristianismo de Michael Glatze, ex editor de la revista «Young Gay America». Quien narró su conversión a Jesús y su difícil camino a través de la homosexualidad. Actualmente se presenta como un ex homosexual y cristiano.

Pocos testimonios llegan a ser tan escandalosos; pero en mayor o menor medida, en cada cristiano se manifiesta un cambio que otros pueden notar.

4. Libertad
Otra característica de quien tiene a Jesús en su corazón es que cadenas que le esclavizaban al pecado se empiezan a romper. Vicios que en innumerables ocasiones quiso dejar ahora fácilmente ha dejado de practicarlos; pero no por que se contenga con todas sus fuerzas, sino simplemente porque es libre.

5. Permanencia
San Juan escribió: «Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.» Aquí encontramos otra característica, alguien bien pudiera vivir una vida aparentemente cristiana por algún tiempo, pero si no está convertido y en consecuencia no tiene el Espíritu Santo viviendo en él va a ser muy difícil mantener ese estándar de vida. No permanece. Se va para atrás. La Biblia dice: «7 veces cae el justo» otra versión lo dice así «No importa cuantas veces caiga, siempre se levantará. En cambio, el malvado cae y no vuelve a levantarse.» Qué hay de aquellos que no se han levantado después de caer, es posible que el problema sea que jamás han recibido a Jesús en su corazón.

6. Testimonio del Espíritu Santo
Romanos 8:16 dice que «El Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu y nos asegura que somos hijos de Dios.» Alguien pudiera confesar a Jesús públicamente, aparentemente tener una convicción y un cambio en su vida y vivir en libertad y permanecer en el grupo de cristianos. Sin embargo en el fondo de su corazón sabe que todo ello es una mentira, en el fondo de su corazón sabe que es un hipócrita, que nunca se ha entregado plenamente a Cristo.

7. Aceptar la Gracia de Dios
Este es un tema complicado o incluso absurdo para aquel que no ha experimentado el nuevo nacimiento, algunos excesos que podemos ver en la iglesia de hoy son el fruto de no comprender la Gracia de Dios. Cómo personas viven por méritos, creyendo que se tienen que ganar, lo que Dios ha regalado a través de Cristo. No hay una persona tan buena para no necesitar a Cristo. Otros, en el extremo opuesto, llevan una vida sin freno. Ni ruido les hace la conciencia cuando pecan.

Un amigo me platicaba que estaba pasando por una situación muy difícil emocional y estaba buscando una iglesia, llegó a una y mientras pedía informes una joven lo atenido, después de la iglesia se fueron a comer y esa noche terminaron teniendo relaciones sexuales. Él se sintió sinceramente desconcertado, y le dijo a la chica: «¡Cómo es posible!, ¡Nos acabamos de conocer!» Ella le respondió: «¡pero qué te pasa! Si Cristo murió por nosotros, todo está perdonado.»

La gracia es algo que no puede entender el inconverso aunque sea miembro de la iglesia, no entiende, no comprende, esta totalmente incapacitado para hacerlo.

8. Manifiesta el amor de Dios
Amor a la iglesia. El cristiano tiene la capacidad de amar a la Iglesia. Te acordarás de San Pablo. Este fiel apóstol había sido un rabino judío llamado Shaulo de Tarso. Shaulo era un hombre que con mucha seguridad creía amar a Dios sobre todas las cosas. Convencer bíblica y teológicamente de estar en un error, era una tarea imposible; hasta el día en que tuvo un encuentro personal con Jesús. Tras este evento dejó atrás el odio que sentía por los seguidores de Cristo y comenzó a amarles al grado de decir «...yo no sé qué es mejor si estar vivo o estar muerto, yo quisiera estar muerto para estar con el Señor a quien yo amo profundamente, pero también quisiera estar vivo por amor a ustedes.» Pablo amó profundamente a la Iglesia después de haber tenido un encuentro personal con Jesús y ésta es la característica de un cristiano. Cuidado cuando tenemos algún coraje o alguna mala actitud en contra de la iglesia; contra el Pueblo de Dios. Se suele oír: «yo creo en Dios pero no creo en los cristianos.» ¡Cuidado! Eso nos esta diciendo algo que debería de alarmarnos: revela una falta de amor.

Amor al prójimo. Leí recientemente el libro «Un giro inesperado», en éste Thom Rainer relata doce testimonios de gente que proveniente de diferentes credos religiosos se han convertido a Jesucristo. Incluye el caso de una pareja de Testigos de Jehová. Ellos estaban muy involucrados con la organización; solían sobrepasar por lo menos en un 50% el tiempo que se les pedía tocando puertas. Muchas veces las puertas que tocaron eran hogares de cristianos, aún de pastores, y declaran en su testimonio jamás haber perdido un debate con ellos. Sin embargo, su vida dio un vuelco cuando se presentó una grave enfermedad; la organización de los Testigos les dio la espalda en esa situación, pero una vecina de ellos, una mujer cristiana comenzó a servirles, llevándoles comida y haciendo las labores domésticas. Este hombre, que había ganado todos los debates teológicos contra los evangélicos perdió el debate del amor; contra eso no pudo decir nada. Dice en su relato que la actitud de esa mujer era tan sorprendente que jamás siquiera creyó que Dios fuera capaz de hacer esto en una persona. «Comencé a leer mi Biblia con otra idea, yo quería encontrar el amor que ella tenía. Quería descubrir dónde estaba ese amor» agrega. En una ocasión al estar en un centro comercial encontraron una librería cristiana y decidieron entrar. Al llegar con la dependienta le expresaron: «Nosotros somos Testigos de Jehová; pero necesitamos a Cristo. ¿Qué podemos hacer para conocer a Cristo?» Y esta mujer comenzó a compartirles del amor de Cristo. Ellos recibieron ese mensaje con valor y se entregaron al Señor. Hoy día están pastoreando una Iglesia Bautista en los Estados Unidos.

Amor a Dios. Cuenta Josh McDowell en su libro «Evidencia que exige un veredicto» que por meses estuvo investigando acerca del cristianismo con la idea de refutarlos hasta que, contrario a lo que pensaba concluyó que el Nuevo Testamento es un libro sumamente documentado. Sin embargo el momento en el que yo entregué mi vida a Cristo –nos dice–, fue cuando me di cuenta que aunque yo hubiese sido el único en toda la historia en aceptar el llamado de Dios a arrepentirme y a aceptar el sacrificio de la cruz, de igual manera él hubiera muerto por mi, el día que descubrí que Dios me amaba, ese día cambió mi vida.

Su investigación arrojó algo insospechado por él, que Dios le amaba alocadamente y que haría lo que fuera necesario por conquistar su amor. Hoy McDowell no solo es un prolífico autor y excelso conferencista, sino un apasionado amante de Dios. Así lo expresó San Juan: «Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.»

CONCLUSIÓN

¿Qué impresión te causa la existencia de un infierno real? Para muchos es causa de temor, para muchos otros es causa de risa. Pero, sabes ¿qué es lo verdaderamente impresionante?: El amor de Dios por ti. Ese amor por el cual quiere librarte de cualquier tipo de condenación eterna. Si algo de todo lo aquí escrito te queda que sea: Dios te ama. Si algo te mueve de todo lo aquí escrito, que sea esto: Dios te ama.

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo

RESUMEN

Voces desde el infierno
por Edgar Medina D.

Benito, un líder religioso de unos sesenta años de edad envuelto en un aparente desconsuelo, le dice una mañana a doña Agustina, quien ha sido por varios años su compañera sexual: «ésta relación nos echará a ambos al infierno.» Ella, en un tono suave y amoroso le responde: «No hay más infierno que la soledad, ¿a caso ya se te olvidó?, ¡tú mismo me lo dijiste![1]»
¡El infierno está en este mundo! ¡El infierno no existe! ¡El infierno es un invento para asustar a la gente! Son frases que día con día se suelen escuchar, aún provenientes de ciertos líderes religiosos. ¿Pero son acaso ciertas? ¿Qué nos puede decir la Biblia respecto al infierno a fin de que nos aclare el panorama?

La Biblia nos enseña que el destino de los incrédulos es el Infierno o Hades y posteriormente será el Lago de Fuego, el cual es un lugar que fue preparado para Satanás y sus ángeles, pero al cual evidentemente no se quieren ir solos.
«Luego dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.[2]»

El destino de muchos será la separación eterna de Dios, y el eterno sufrimiento, conocido con el nombre de «Muerte segunda». Debido a su terrible naturaleza es un tema del que instintivamente retrocedemos. Sin embargo es un asunto que se debe afrontar y vale la pena hacerlo tomando la base de que fue el mismo tierno y amoroso Cristo quien más nos advierte acerca de los sufrimientos del infierno.

Ubicación
El Hades o infierno es un lugar ubicado al centro de la Tierra.
La Biblia describe a ese espantoso sitio como un lugar físico y muy real. Su ubicación es el centro mismo de la Tierra. Salomón escribió: «La senda de vida para el sabio es hacia arriba, para que se aparte del Seol [Infierno] que está abajo.[3]» En el Nuevo Testamento encontramos que «…Cristo…en espíritu…fue y predicó a los espíritus encarcelados.[4]» cuando «bajó a las partes más profundas de la tierra.[5]»

El Hades es un lugar de dolor
La historia que Jesús relata en el evangelio de Lucas capítulo 16 nos presenta a un hombre que muere y estando «en el infierno, en medio de sus tormentos…levantó los ojos y vio de lejos a Abraham…y lo llamó: 'Padre Abraham, ten compasión de mí…estoy sufriendo mucho en este fuego.'[6]»

El Hades es un lugar de deseos insatisfechos
Después este hombre hizo la siguiente petición: «…manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua… Pero Abraham le contestó: 'Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente.»[7]

El Hades es un lugar de recuerdos y remordimiento.
El mismo personaje hace la siguiente súplica: «Entonces te ruego, padre, que [se les] advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento.[8]»

El Hades es un lugar de vergüenza y confusión.
El profeta Daniel concluye su profecía hablando de los últimos tiempos. En referencia a la resurrección de los muertos nos dice: «y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas.[9]»

El Hades es un lugar de desesperanza.
Ya que «Muere el malvado, y con él su esperanza; muere también su ilusión de poder.[10]»
El Hades y la muerte serán arrojados al Lago de fuego.
El libro del Apocalipsis describe cuál habrá de ser el futuro del infierno y de la muerte al decirnos que «La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda.[11]»

El Lago de fuego será un lugar de muy malas compañías.
Será ahí donde «…los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte.[12]»
El Lago de fuego es un lugar de tormento eterno.
«El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.[13]»

Aplicando las palabras que Cristo usó cuando describió para nosotros el Cielo entendemos el por qué de tan serias advertencias sobre tal lugar:
«…si no fuera así, os lo hubiera dicho.[14]»

El día que Jesús fue crucificado, su cruz fue colocada entre la de un par de ladrones que ese mismo día también sufrirían la pena capital que el gobierno de la época les había impuesto. La Biblia describe la conversación que hubo entre estos hombres ante su inminente desenlace. De la cruz ninguno bajaría con vida. Ni los ladrones, ni Jesús.
El primero que se dirigió a Jesús le reclamó: «¿No que tú eres el Mesías? Sálvate tú, y sálvanos a nosotros también… Pero el otro hombre lo reprendió: ¿No tienes temor de Dios? ¿Acaso no estás sufriendo el mismo castigo? Nosotros sí merecemos el castigo, porque hemos sido muy malos; pero este hombre no ha hecho nada malo para merecerlo. Luego, le dijo a Jesús: Jesús, no te olvides de mí cuando comiences a reinar. Jesús le dijo: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.[15]»

Esta conversación debe de cobrar mucha importancia en quienes tengan el interés de saber cuál será su destino en la eternidad.
La mayoría de la gente, tan sólo encuentra en estos ladrones a un par de malhechores, sin percatarse de que ellos representan a toda la humanidad, a todos y cada uno de nosotros.
Ambos eran pecadores.
Ambos culpables.
Ambos sentenciados.
Ambos al borde de la muerte.
Sin embargo el día de hoy, uno de ellos está disfrutando del paraíso y de la presencia de Cristo, mientras que el otro está siendo atormentado y lejos de la presencia del Creador. ¿Qué fue lo que determinó su situación actual? La respuesta es: La actitud que mostraron hacia el hombre que estaba en medio de ellos, Jesús de Nazareth.

La actitud del primer ladrón
Él estaba tan cerca de Jesús como el otro ladrón pero su corazón evidenciaba que estaba perdido en su condición espiritual, ¡cuán cerca podemos estar del Salvador y perdernos finalmente! Él quería salvarse y clamó e imploró a Jesús por salvación, pero finalmente se perdió, pues no se sujetó al plan de Dios. Así es como muchos viven:

Me llamas Señor, y no me obedeces.
Me llamas Luz, y no me ves.
Me llamas el Camino, y no me sigues.
Me llamas la Vida, y no me deseas.
Me llamas Sabio, y no me escuchas.
Me llamas Rico, y no me pides.
Me llamas Amigo, y en Mí no confías.
Me llamas Rey, y no me sirves.
Me llamas Bondadoso, y me tienes miedo.
Me llamas Maestro, y no me preguntas.
Me llamas la Verdad, y no me crees.
Me llamas el Amor, y no te dejas amar.
Me llamas Médico, y no permites que te cure.
Me llamas Puerta, y te quedas fuera.
Me llamas el Todo, y no tienes un espacio para Mí.
Me llamas el Buen Pastor, y huyes de mí.
Me llamas el Único, y vives como si no existiera.
Me llamas Dios, y no me amas ni temes.
Y... si te condenas, no ME CULPES.[16]

La actitud del segundo ladrón
Para el otro ladrón el final de la historia es dramáticamente diferente, éste escuchó de los propios labios del Señor «hoy estarás conmigo en el paraíso.»[17] El encuentro de este malhechor con Jesús fue verdaderamente breve, pero suficiente para saber cuánto se necesita para evitar el infierno y garantizar la Gloria Eterna, y hay cinco cosas del ladrón que se salvó que son ciertas en toda persona que se salva, las cuales son las siguientes.-

Temía a Dios.
«¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación?»[18]
Muchos toman las cosas de Dios tan a la ligera sin darse cuenta que su vida pende de su relación con Él. ¿Has tenido a un recién nacido en tus brazos y experimentado el temor de que sin querer puedes hacerle daño? Si es así ya sabes como experimentar el temor de Dios.

Reconoció que era un pecador.
«Nosotros...justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos» [Lucas 23:41a].

Reconoció que Cristo no tenía pecado.
«mas éste ningún mal hizo» [Lucas 23:41b].

Confesó que Cristo era el Señor.
«Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino» [Lucas 23:42].

Creyó en la resurrección de Cristo.
La resurrección de Cristo es el parte-aguas de la historia, no es un hecho que podamos comprobar «científicamente» [pero sí históricamente], pero las vidas transformadas de millones que han creído son una evidencia contundente.

Finalmente le decisión es tuya, ¿qué decides?, te aconsejo hagas lo que hizo éste último ladrón. Él no podía hacer nada para salvarse. Si tener un historial de buenas obras superior al de malas fuera un requisito para obtener la salvación ya era demasiado tarde para él, pues no podía esforzarse siquiera. Sus pies y manos estaban clavadas a la cruz, pero no su lengua ni su corazón, entonces con su lengua confesó y con su corazón creyó. La Biblia dice «si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» [Romanos 10:9].

Este ladrón transfirió toda su confianza a las manos de Jesús. ¿Quieres hacer lo mismo?
La siguiente oración no es una fórmula mágica, es una guía que te ayudará a que experimentes la salvación que sólo Cristo ofrece. Te invito a que la hagas consciente de que Jesús el Salvador no solo vive, sino que, también te escucha, y anhela vivir en ti.

Jesús, creo que eres el Señor, y que Dios tu Padre te levantó de entre los muertos. Reconozco que soy un pecador y que nada puedo hacer para salvarme, te pido que perdones mis pecados y me hagas habitar en tu reino de luz admirable desde ahora para toda la eternidad. Amén

NOTAS
[1]Tomado de la película: «El crimen del Padre Amaro.» http:// cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/padreamaro.html
[2] Mateo 25:41. Nueva Versión Internacional.
[3] Proverbios 15:24. Biblia de las Américas.
[4] 1 Pedro 3:18-19. Reina Valera revisión 1960.
[5] Efesios 4:9. Traducción lenguaje Actual.
[6] Lucas 16:23-24. Nueva Versión Internacional.
[7] Lucas 16:24-25. Nueva Versión Internacional.
[8] Lucas 16:27-28. Nueva Versión Internacional.
[9] Daniel 12:2. Nueva Versión Internacional.
[10] Proverbios 11:7. Nueva Versión Internacional.
[11] Apocalipsis 21:14. Nueva Versión Internacional.
[12] Apocalipsis 21:8. Nueva Versión Internacional.
[13] Apocalipsis 20:10. Nueva Versión Internacional.
[14] Juan 14:2. Biblia de las Américas.
[15] Lucas 29:43. Traducción Lenguaje Actual.
[16] http://www.hombresdevalor.org/articulos/quejasd.html
[17] Lucas 23:43 Reina Valera revisión 1960.
[18] Lucas 23:40 Reina Valera revisión 1960.

Preguntas frecuentes sobre el infierno

1. Si Dios es Amor ¿Por qué creó un infierno?
La Biblia dice con toda claridad que «Dios es amor» . De hecho, el amor de Dios para nosotros es infinito, sin importar cuán pecadores seamos . Pero el hecho de que nos ame no quiere decir que tolere el pecado . Por eso envió a su hijo Jesús como el Salvador . En su momento, Dios nos llamará a cada uno a juicio , y aquellos que se rechazaron el amor de Dios terminarán en el infierno . No lo olvidemos, Dios es justo y paga a cada uno conforme a sus obras . Además, Dios no miente , y tanto prometió el Cielo como alertó del infierno. Quienes dudan que Dios sea capaz de mandar a alguien al infierno; basta con leer Números 16, donde unos rebeldes, que simplemente «irritaron» a Dios, fueron enviados al infierno: «Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol [infierno], y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación» [Números 16:33].

2. La Palabra infierno significa «debajo de nosotros», ¿no se refiere al sepulcro?
Las palabras sepulcro e infierno son distintas en el idioma hebreo y distintas también en el idioma griego. La palabra sepulcro se refiere a la tumba. El sepulcro a diferencia del infierno puede tener un propietario o más, una ubicación geográfica específica y se puede referir a él tanto en singular como en plural. La diferencia más dramática es que en el sepulcro se alojan cuerpos en descomposición y plenamente inconscientes, mientras que en el infierno la Biblia nos presenta a seres que más allá de la muerte permanecen conscientes, con temor, angustia, recuerdos y remordimientos: «En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.» [Lucas 16:23]

3. Cada vez, más grupos religiosos han dejado de enseñar acerca de un infierno real. ¿No indica ello que la enseñanza es un error?
La oposición a este tema es cada vez más intensa; aún dentro de los creyentes. Sin embargo, debemos de partir de que: Jesús, al igual que los primeros cristianos, enseñó acerca de un infierno real. Por otra parte, la Biblia anticipaba lo siguiente: «Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos.» [2 Timoteo 4:3-4]. Una enseñanza diferente a lo que nos muestra la Biblia sobre éste o cualquier otro tema no sólo es una novedad sino un verdadero peligro.

4. ¿El infierno es eterno?
Los sufrimientos de quienes sean condenados serán eternos; San Juan escribió: «Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche... y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos» . Pero, no lo serán eternamente en el infierno, sino en otro lugar llamado el «Lago de fuego,» en el cual el mismo infierno será arrojado.

5. La enseñanza de un infierno real ¿no es una mera manipulación?
Es cierto que diferentes grupos religiosos, incluido el cristianismo, han hecho uso históricamente de algunas de sus enseñanzas para manipular a sus seguidores. Sin embargo, el mal uso de una enseñanza no la hace falsa. Por otra parte, en nuestros días resulta mucho más fácil manipular a las multitudes con falsas promesas de sanidad y prosperidad, entre otras cosas. Debe de resultarnos interesante, además, que algunos de los recientes esfuerzos por prevenir de los horrores del infierno no provienen de instituciones religiosas, sino de personas comunes y corrientes que no reciben un beneficio directo al hacerlo.

6. ¿En dónde está?
Al ser el infierno un sitio de castigo debe tratarse de un lugar específico y limitado. La Biblia parece indicar que se encuentra en el centro de la tierra. Se describe en varias ocasiones al infierno como un abismo donde descienden los malvados.

7. ¿Pueden niños ir al infierno?
No, los niños que mueren van directamente a la presencia del Señor. Jesús dijo: «…si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.» « porque de los tales es el reino de los cielos.»

8. ¿Pueden discapacitados mentales ir al infierno?
Ya que salvación eterna depende de aceptar la oferta de salvación que Dios nos ha dado, ¿qué pasa con aquellos que están mentalmente discapacitados para aceptar a Jesús? Ellos son como niños en inocencia y también en su gran sensibilidad a Dios y su creación. No pueden por tal motivo ir al infierno.

9. ¿No enseña la Biblia que los malvados serán destruidos?
Algunos sostienen que al ser Dios el único ser inmortal los que le rechacen serán aniquilados. Sin embargo, la Biblia enseña que la muerte espiritual, lejos de ser la aniquilación, es la separación de Dios, y la privación de la única verdadera felicidad. Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén después de su falta; el hijo pródigo estaba «muerto» en su alejamiento de su Padre; los efesios lo habían estado en sus delitos y pecados. Todos ellos existían, pero separados de la presencia de Dios. De la misma manera quienes moren en el tormento eterno existirán eternamente también, pero separados del Dios al que rechazaron en esta vida.

10. ¿Cómo evitar ir al infierno?
El día que Jesús fue crucificado, su cruz fue colocada entre las de un par de ladrones que ese mismo día también sufrían la pena capital que el gobierno de la época les había impuesto. La Biblia describe la conversación que hubo entre estos hombres ante su inminente desenlace. De la cruz ninguno bajaría con vida. Ni los ladrones, ni Jesús.

El primero que se dirigió a Jesús le reclamó: «¿No que tú eres el Mesías? Sálvate tú, y sálvanos a nosotros también… Pero el otro hombre lo reprendió: ¿No tienes temor de Dios? ¿Acaso no estás sufriendo el mismo castigo? Nosotros sí merecemos el castigo, porque hemos sido muy malos; pero este hombre no ha hecho nada malo para merecerlo. Luego, le dijo a Jesús: Jesús, no te olvides de mí cuando comiences a reinar. Jesús le dijo: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.[15]»

Esta conversación debe de cobrar mucha importancia en quienes tengan el interés de saber cuál será su destino en la eternidad.
La mayoría de la gente, tan sólo encuentra en estos ladrones a un par de malhechores, sin percatarse de que ellos representan a toda la humanidad, a todos y cada uno de nosotros.

»Ambos eran pecadores.
»Ambos culpables.
»Ambos sentenciados.
»Ambos al borde de la muerte.

Sin embargo el día de hoy, uno de ellos está disfrutando del paraíso y de la presencia de Cristo, mientras que el otro está siendo atormentado y lejos de la presencia del Creador. ¿Qué fue lo que determinó su situación actual? La respuesta es: La actitud que mostraron hacia el hombre que estaba en medio de ellos, Jesús de Nazareth.

La actitud del primer ladrón
Él estaba tan cerca de Jesús como el otro ladrón pero su corazón evidenciaba que estaba perdido en su condición espiritual, ¡cuán cerca podemos estar del Salvador y perdernos finalmente! Él quería salvarse y clamó e imploró a Jesús por salvación, pero finalmente se perdió, pues no se sujetó al plan de Dios. Así es como muchos viven:

Me llamas Señor, y no me obedeces.
Me llamas Luz, y no me ves.
Me llamas el Camino, y no me sigues.
Me llamas la Vida, y no me deseas.
Me llamas Sabio, y no me escuchas.
Me llamas Rico, y no me pides.
Me llamas Amigo, y en Mí no confías.
Me llamas Rey, y no me sirves.
Me llamas Bondadoso, y me tienes miedo.
Me llamas Maestro, y no me preguntas.
Me llamas la Verdad, y no me crees.
Me llamas el Amor, y no te dejas amar.
Me llamas Médico, y no permites que te cure.
Me llamas Puerta, y te quedas fuera.
Me llamas el Todo, y no tienes un espacio para Mí.
Me llamas el Buen Pastor, y huyes de mí.
Me llamas el Único, y vives como si no existiera.
Me llamas Dios, y no me amas ni temes.
Y... si te condenas, no ME CULPES.[16]

La actitud del segundo ladrón
Para el otro ladrón el final de la historia es dramáticamente diferente, éste escuchó de los propios labios del Señor «hoy estarás conmigo en el paraíso.»[17] El encuentro de este malhechor con Jesús fue verdaderamente breve, pero suficiente para saber cuánto se necesita para evitar el infierno y garantizar la Gloria Eterna, y hay cinco cosas del ladrón que se salvó que son ciertas en toda persona que se salva, las cuales son las siguientes.-

1 Temía a Dios.
«¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación?»[18]
Muchos toman las cosas de Dios tan a la ligera sin darse cuenta que su vida pende de su relación con Él.

2 Reconoció que era un pecador.
«Nosotros...justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos» [Lucas 23:41a].

3 Reconoció que Cristo no tenía pecado.
«…mas éste ningún mal hizo» [Lucas 23:41b].

4 Confesó que Cristo era el Señor.
«Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino» [Lucas 23:42].

5 Creyó en la resurrección de Cristo.
La resurrección de Cristo es el parte-aguas de la historia, no es un hecho que podamos comprobar «científicamente» [pero sí históricamente], pero las vidas transformadas de millones que han creído son una evidencia contundente.

Finalmente le decisión es tuya, ¿qué decides?, te aconsejo hagas lo que hizo éste último ladrón. Él no podía hacer nada para salvarse. Si tener un historial de buenas obras superior al de malas fuera un requisito para obtener la salvación ya era demasiado tarde para él, pues no podía esforzarse siquiera. Sus pies y manos estaban clavados a la cruz, pero no su lengua ni su corazón, entonces con su lengua confesó y con su corazón creyó. La Biblia dice «si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» [Romanos 10:9].

Este ladrón transfirió toda su confianza a las manos de Jesús. ¿Quieres hacer lo mismo?
La siguiente oración es una guía que te ayudará a que experimentes la salvación que sólo Cristo ofrece. Te invito a que la hagas consciente de que Jesús el Salvador no solo vive, sino que, también te escucha, y anhela vivir en ti.

Jesús, creo que eres el Señor, y que Dios tu Padre te levantó de entre los muertos. Reconozco que soy un pecador y que nada puedo hacer para salvarme, te pido que perdones mis pecados y me hagas habitar en tu reino de luz admirable desde ahora para toda la eternidad. Amén


Notas
» Pregunta 1
• 1 Juan 4:8 «El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.» Reina Valera 1960.
• Romanos 5:8 « Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.» Nueva Versión Internacional.
• Salmo 5:4-6 «A ti, Dios mío, no te agrada la maldad. Por eso los malvados no pueden vivir contigo; no soportas a los orgullosos ni amas a los malhechores. ¡Tú destruyes a los mentirosos, y rechazas a los tramposos y asesinos!» Traducción en Lenguaje Actual.
• Juan 3:16 «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Biblia de las Américas.
• Hebreos 9:27 « Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio.» Biblia de Jerusalén.
• Salmo 9:17 « Los malos serán trasladados al Seol, todas las gentes que se olvidan de Dios.» Reina Valera 1960.
• Salmo 62:12 « que tú, Señor, eres todo amor; que tú pagarás a cada uno según lo que merezcan sus obras.» Nueva Versión Internacional.
• Números 23:19 « Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple?» Reina Valera 1995.

» Pregunta 2
En hebreo, el idioma en que se escribió gran parte del Antiguo Testamento, la palabra Queber traduce Sepulcro y Seol traduce infierno. En el idioma griego, en el que se escribió gran parte del Nuevo Testamento, la palabra Mnema traduce sepulcro, mientras que Hades, Gehena y Tártaro traducen infierno. Algunas veces son usadas estas palabras como sinónimos, mientras que en otros casos describen lugares distintos. Por ejemplo: «Los malos serán trasladados al Seol...» [Salmos 9:17] Si el Seol en éste pasaje fuese el sepulcro no sería limitativo de «los malos».
La organización de los Testigos de Jehová a dicho al respecto: « "..Seol no se refiere a una sepultura.." (Ayuda para entender la Biblia. Watch Tower Bible and Tract Society Of Pennsylvania, pág. 1533).»

»Pregunta 3
Un ejemplo que muestra que los primeros cristianos sostenían la existencia de un infierno real lo encontramos en los escritos de Tertuliano [160-220], quien escribiendo a los paganos les dice: «...el infierno está poblado de parricidas, ladrones, adúlteros, y seres hechos a semejanza de sus dioses.» [http://www.seminarioabierto.com/iglesia01.htm]

»Pregunta 4
• Apocalipsis 14:10-11; 20:10
• Apocalipsis 20:15
• Apocalipsis 20:14

»Pregunta 6
• Números 16: 31; Isaías 5:14; Ezequiel 26:20; Filipenses 2:10.

»Pregunta 7
• Mateo 18:3
• Mateo 19:14

»Pregunta 9
• 1 Timoteo 6:16

»Pregunta 10
[15] Lucas 29:43. Traducción Lenguaje Actual.
[16] http://www.hombresdevalor.org/articulos/quejasd.html
[17] Lucas 23:43 Reina Valera revisión 1960.
[18] Lucas 23:40 Reina Valera revisión 1960.

Profundizando

La posición doctrinal de un infierno físico y real es absolutamente bíblica e histórica. La teología más ortodoxa siempre lo ha contemplado de esa manera. Aquí presentamos el sustento teológico para tal postura.

Castigo eterno
Esta expresión designa la suerte reservada a los no arrepentidos en el mundo venidero (Mt. 25:46). Un término más usado es «infierno» (del lat.: «inferior»); este término aparece en la versión Reina-Valera como traducción de «gehena». Infierno está inspirado en Ef. 4:9 (Cristo descendió a las partes más bajas de la tierra, esto es, la morada de los muertos). No tenía en principio el sentido que se le da comúnmente, y que lo restringe al lugar de tormento, sino que tenía un significado equivalente a «Seol».

¿Dónde hallamos una descripción bíblica del castigo eterno?
Entre muchos otros se pueden citar:
La vergüenza y confusión perpetua (Dn. 12:2);
el fuego de la «gehena» (Mt. 18:9);
el fuego que no puede ser apagado (Mr. 9:43);
el horno de fuego (Mt. 13:41-42);
el lugar de lloro y del crujir de dientes (Mt. 22:13);
las tinieblas de afuera (Mt. 8:12);
el castigo del fuego eterno (Jud. 7);
el lago de fuego (Ap. 20:15), etc.
De todas estas expresiones se ve que el castigo eterno es una horrenda realidad. Cierto es que se emplean imágenes: fuego, tinieblas, gusanos, llanto, crujir de dientes, etc. Las Escrituras nos hablan en un lenguaje humano para damos una idea del mundo venidero; pero la descripción que hallamos en ellas es totalmente distinta de las grotescas representaciones de la Edad Media.
La idea que domina a todos estos textos es que el castigo eterno consiste en la separación de Dios, con todas sus consecuencias: «Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.» Sin embargo, con respecto a las consecuencias de esta exclusión, se tiene que recordar que el castigo eterno caerá sobre la persona completa. Los impíos sufrirán la pena del castigo eterno después de la resurrección de sus cuerpos, por lo que es erróneo insistir excesivamente en que las imágenes anteriores son meros símbolos. Y se tiene que recordar también que las imágenes, símbolos, etc., se usan para expresar una realidad más plena, no menos, que la que tienen los símbolos mismos. Es evidente que las penas del alma serán espirituales; pero no es menos cierto que los impíos resucitados recibirán un castigo que, adecuado a su medida de responsabilidad, recaerá sobre la plenitud de su ser (Mt. 10:28).
¿Qué es la gehena? Este término es la transcripción del término heb. «gé-Hinon», lugar maldito donde ciertos israelitas y sus reyes infieles habían quemado vivos a sus hijos e hijas en honor de Moloc (2 R. 23:10). Parece que en época de Cristo se quemaban allí las basuras de Jerusalén. Jesús empleó el término de «gehena» para hablar del fuego del infierno, de la manera que las Escrituras usan en el mismo sentido los términos de horno, de tinieblas, de azufre.

El sufrimiento del infierno.
Los textos bíblicos insisten mucho sobre la verguenza, el tormento, el llanto, el crujir de dientes, la tribulación, la angustia, el sufrimiento que sufren los condenados (Dn. 12:2; Lc. 16:23-24; Mt. 13:42; Ro. 2:8-9; Jud. 7). Y el apóstol Juan añade: «Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche... y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos» (Ap. 14:10-11; 20:10). ¿Cómo se pueden imaginar tales sufrimientos, y especialmente cómo se pueden conciliar con la concepción de un Dios de amor? Señalemos en primer lugar que la perdición será provocada precisamente por el rechazo del amor de Dios; por otra parte el Señor no habrá de hacer nada para atormentar a los que no quisieron Su salvación, a excepción de alejarlos de Sí (Mt. 25:41). ¿Acaso no dijo una vez a los israelitas que, por su incredulidad, habían rehusado entrar en la Tierra Prometida: «Y conoceréis lo que es estar privados de mi presencia»? (Nm. 14:34, Keil-Delitzsch).

El castigo será proporcional a la responsabilidad individual de cada cual. Dios no es injusto, y cada uno de los impíos será juzgado exactamente según sus obras (Ap. 20:12-13; Ec. 12:1, 16; Mt. 12:36; Ro. 2:16; Jud. 14-15).

La responsabilidad de los culpables será evaluada según la luz recibida, y los que han pecado sin la ley, sin la ley perecerán (Ro. 2:12). Las ciudades que rechazaron las enseñanzas de Cristo serán juzgadas con mucha mayor severidad que Sodoma y Gomorra (Mt. 10:14-15; 11:20-24). Unos serán azotados con pocos azotes, otros con muchos azotes (Lc. 12:47-48); de la misma manera que en el cielo habrá recompensas proporcionadas a la obra de cada uno (1 Co. 3:8).

La duración del infierno.
La Biblia asigna al castigo de los impíos una duración eterna. En hebreo, como en griego, se emplean los mismos términos para designar la vida eterna y el tormento eterno (Dn. 12:2; Mt. 25:46). Se trata de un fuego que no se puede apagar, de un gusano que no muere (Mt. 3:12; Mr. 9:48). Ver también en otros pasajes el uso del término eterno, en gr. «aionios» (Mr. 3:29; 2 Ts. 1:9; He. 6:2; Jud. 6, 7, 13). Este término aparece 71 veces en el NT. Hay algunos que piensan que solamente significa «de gran duración, en relación con el siglo (aion) venidero». Ahora bien, en 64 ocasiones eterno se aplica a las gloriosas realidades sin fin del otro mundo: Dios, el Espíritu, el Evangelio, la salvación, la redención, la herencia, la gloria, el reino, la vida eterna, etc. Y esta misma palabra se aplica 7 veces a la perdición. ¿No debe por ello significar asimismo una realidad sin fin?

Hemos visto que en Apocalipsis se afirma que el tormento se prolonga «por los siglos de los siglos» (Ap. 14:11; 19:3; 20:10). Y también en el mismo libro este término califica 10 veces la duración de la existencia de Dios, de Su gloria, reino, y del reino de los elegidos en el cielo (Ap. 1:6, 18; 11:15; 22:5, etc.). Ante tales declaraciones, quedamos profundamente afligidos. Además, no es posible dudar de la sabiduría, del amor, y de la justicia de Dios. Un día, en Su presencia, comprenderemos: «El juicio será vuelto a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón» (Sal. 94:15).

¿No serán aniquilados los impíos en el mundo venidero?
No es esto lo que muestran las Escrituras, por cuanto su tormento no tiene fin. Sin embargo, los partidarios del «condicionalismo» afirman que, como Dios, «es el único que tiene inmortalidad» (1 Ti. 6:16). Él solamente la concede a aquellos que creen; a falta de lo cual dejarían de existir. Ahora bien, es cierto que sólo el Señor puede decir: «Yo soy la vida» y que conocerle a Él es la vida eterna (Jn. 14:6; 17:3); esta vida verdadera sólo es comunicada al creyente (Jn. 3:36; 1 Jn. 5:12). Pero la Biblia enseña que la muerte espiritual, bien lejos de ser la ausencia de existencia, es la separación de Dios, y la privación de la única verdadera felicidad.
Adán y Eva fueron excluidos del Edén después de su caída en base a Gn. 2:17; el hijo pródigo estaba «muerto» en su alejamiento de su Padre (Lc. 15:24 cp 1 Ti. 5:6); los efesios lo habían estado en sus delitos y pecados (Ef 2:1,5).
En cuanto a la muerte segunda que sigue al Juicio Final no es la aniquilación sino el lago de fuego, lugar de tormento eterno (Ap. 20:10; 21:8; 14:10-11).

¿No serán todos salvados un día?
Los universalistas insisten en las palabras «todos» en los siguientes textos: «Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados... para que Dios sea todo en todos» (1 Co. 15:22, 28; cp. Fil. 2:10-11; Ro. 11:32; Col. 1:20). Dicen ellos que el triunfo de Cristo no sería completo si tan sólo una criatura escapara de Su amor; un día, prosiguen, todos los pecadores, y el mismo diablo, serán salvos, después de haber sido purificados por el fuego del infierno (Stróter). Los textos bíblicos dicen algo muy distinto. Pablo dice: «En Cristo todos serán vivificados... los que son de Cristo en Su venida» (1 Co. 15:23). En Cristo es la palabra clave. Los que están en Cristo son los creyentes (Ro. 6:5-11, 23; 8:1; cp. Ef. 2:10; Col. 3:11). Es evidente que se está hablando de todos los creyentes. Toda rodilla se doblará un día ante el Señor; esto es, todos, incluyendo Sus enemigos, se le someterán. Por otra parte, si los sufrimientos de un fuego purificador salvara las almas de los que han rechazado el evangelio aquí y ahora, su redención no tendría lugar por la sangre de Cristo. Y frente a esto cp. Sal. 49:8.

¿Cómo escapar al infierno?
Siendo que es tan horrendo el castigo en el mundo venidero, nuestro principal interés debiera ser evitarlo a todo precio. Este es también el deseo de Dios para nosotros, y la condición que ha puesto para ello es de lo más simple. Él ha dado a Su Hijo unigénito, a fin de que todo aquel que crea en Él no se pierda (Jn. 3:16). Todo el que oye Su palabra y cree... tiene la vida eterna y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida (Jn. 5:24). «El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente» (Ap. 22:17). En suma, van al infierno los que así lo quieren, y van al cielo los que quieren.
Un día, Cristo lloró sobre Jerusalén diciendo: «¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!» (Mt. 23:37). Que sea de manera que jamás nos haga a nosotros tal reproche.

Bibliografía.
Anderson, Sir Robert: Human Destiny (Pickering and Inglis), Londres s/f; Darby, J. N.: «On Everlasting Punishment», The Bible Treasury, Dic. 1868; Lacueva, F.: Escatología II (Clie, Terrassa, 1983); Pache,R.: L'Au-Delá (Éditions Emmaús, Suiza); Pentecosts, J. D.: Eventos del Porvenir (Libertador, Maracaibo 1977).

Fuente: Diccionario CLIE.

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